domingo, junio 12, 2011

Yo no tengo nombre. Puedes llamarme "V".

Al final llegó frente a la estatua de la Justicia, en Londres., y comenzó a conversar con ella. 
     -Hola, bella dama. Bonita noche, verdad?...Perdone mi intromisión, quizás deseaba pasear, o solo disfrutar de la vista..pero no importa. Es hora de que tengamos una charla. Ah, lo olvidaba, no nos hemos presentado. Yo no tengo nombre,puedes llamarme "V".
Señora Justicia, aquí "V". "V", aquí la señora Justicia.

-Hola, señora justicia 

-Buenas noches, "V".

-Ya está, ya nos conocemos. He sido admirador suyo desde hace tiempo. Oh, ya sé lo que piensa, “este pobre chico está loco por mí”. Pero lo siento madamme, no es así en absoluto. La admiraba aunque a distancia. La miraba desde la calle cuando era chico. Le decía a mi padre “¿quién es  dama?” y el me respondía “Es la señora justicia” y yo le decía “no es bonita”.             (...) No era solo algo físico… Sé que no es de esas. No, yo te amaba como persona, como ideal. Pero eso fue hace mucho tiempo. Ahora hay alguien más.

-¿Que?, V, me has traicionado por una ramera vanidosa de labios pintados y sonrisa incitante?

-¿Yo? ¡Disiento! Fue tu infidelidad la que me echó sus brazos! Haha, te sorprendí,¿ eh? No pensabas que  sabía lo tuyo.. Pues lo sé, lo sé todo!. Pero no me sorprendió. Siempre te gustaron los uniformes. 

-Uniformes? No sé de que me hablas, tu siempre fuiste el único, “v”…

-Mentirosa! Zorra! Ramera!  Niegas que te lanzaste a sus brazos y a sus botas?(…)  ¿Te comió la lengua el gato?(…) Eso parece… Te has mostrado por fin. Ya no eres mi Justicia. Ahora eres su  justicia. Te acostaste con otro. Dos no pueden jugar a ese juego. 

-Sniff… ¿y como se llama ella?

-Se llama Anarquía, y me ha enseñado más que tu como mujer. Me ha enseñado que la justicia es inútil sin libertad. Es honesta, no hace promesas ni las rompe como tu, querida. (…) Me preguntaba porqué nunca me mirabas a los ojos. Ahora ya lo sé.

Adiós, querida. Me entristecería por nuestra separación, pero ya no eres la mujer que amaba.  Aquí  tienes un regalo final. Madamme, muy buenas noches. 

Las llamas de la libertad... Qué hermosas...                                                                                                                                            Ah, mi preciosa anarquía, hasta ahora no conocía tu belleza.

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