jueves, noviembre 22, 2012

...de nuestra puerta.

Me vi con los pies descalzos,
y la puerta se cerró
como se abrió la otra,
como se besan los caracoles:
despacito y suave.
Compadres. Compadre. Comadres. Comadre.
Gracias.

miércoles, noviembre 21, 2012

CERRADO POR DERRIBO

El autor ha escuchado. 
Ha visto.
Y ha sentido 
a la Bestia. 
El autor se ha dado cuenta de que este blog ya no sirve. Para nada. 
Nació hace 2 años, tras el Gran Estampido. Fue engendrado con el propósito de no explotar delante de ti, de lamerse las heridas a él mismo, de formar con gravilla de lágrimas cristalizadas una dimensión paralela en la que tú eres posible, y así no morir ahogado por las plantas carnívoras gigantes de la realidad. Pero, sin él ser consciente, estaba criando a una melancolía animal en cueros, una actitud que, pese a los intentos de evitarlo, acabó siendo (efectivamente) anormal e indebida hacia el vacío que supones. El autor ha comprendido que, por mucho que quiera, no tiene derecho, ni lo tendrá, a pedir nada a cambio de nada.

Pero además ha surgido un problema. 
A estas alturas, esa melancolía animal se ha convertido en una bestia sórdida, y el autor se considera incapaz de mantener con vida a una mutación cardiovascular de ese calibre durante más tiempo. 
El motivo de esta incapacidad es el hecho de que esta criatura inmunda que ha crecido sobre las paredes del estómago del autor no solo lo está devorando entero como un cáncer, consumiéndolo y chupándole en los ojos, sino que quiere empezar su metástasis interpersonal para intentar devorar más cuerpos completamente inocentes. 

El autor no considera esto aceptable de ninguna de las maneras, pues uno de los motivos que cimentaron esta cajita de bytes fue evitar la difusión de este Leviatán, Medusa, o Kraken si quieres, de tristeza pura. El autor promete que siempre vomitó aquí para intentar no manchar. Pero manchó. Y esto, créanme, le tiene a muy mal traer. Él no quiere ser así.
Este blog, substancia de Masa calentorra, viscosa y negra, no puede seguir siendo mantenida ni contenida, y el autor sólo ve como solución, que se proceda a su LIQUIDACIÓN POR CIERRE. Matar al centauro de mierda de un solo ojo. 

Sin embargo, el autor no contempla destruir el tener en mucho a (el amor por) la despensa infinita, indestructible y dura como el diamante, de comida del monstruo (y mía): Tú. 
Principalmente porque el diamante no se puede ni rayar, por mucho que quiera uno y lo pase por cien mil cuchillos y navajas. El autor. . . fue incapaz de hacer más grandes aquellas LETRAS, y no se pueden borrar, porque lo rojo de aquella pared no era tomate. 

Pueden ustedes tomar por suyo a cualquiera de las hijas bastardas que son las entradas de este blog. Lo que consideren. Sin excepción. Pueden anotarse como autor de ellos (bajo su responsabilidad y riesgo),  pues cada letra de esta masa lleva innumerables y microscópicas semillas de esta Bestia terrible y asesina.
La liquidación por cierre concluirá en 9 días, en los que el autor tendrá muy a bien reflexionar, mirándole a los ojos a la Bestia, a la Masa, (ahora sí, muertas) y a las cosas que no se puedan destruir: 

buscarle sentido 
al seguido
 del punto 
del fin.

.

 CERRADO POR DERRIBO 


domingo, noviembre 18, 2012

Romance De Las Escobas.



La noche está cojeando.
La carretera está coja.
La pintura hace abalorios
en su pupitre de sombras.
La pared vuelve a dormirse
soñando con dos pistolas.
Dos mil castillos de naipes
llevaban puesto en las botas:
     “La Casa del Agua se llama
      la Casa de las Escobas.”
Por la calle caminando
subió un pulmón de coronas.
Se ve a contraluz que dentro
tiene virutas de goma.
Un hombre. Dos hombros rotos.
Tres toneladas de roca.
Montaña de cicatrices
como una reunión de sombras.

Por el mismo portal opaco
el humo movió la cola
la pintura se hizo un nudo
de venas en las baldosas.
La noche empezó a girar
como un taladro de moscas
y el humo pregunta ¿Cómo
huele así? ¿Por qué a estas horas?

-Amigo, se está quemando
  amor en mis cacerolas,
  jirones de agua caliente
  zumo negro de bellota.
  
-De pie. Por tus muertos, grita,
  subido por las farolas
  a los mismos hongos verdes
  la sangre que te resopla.
  Guillermo, vuelve a llamar,
  vuelve a encararte a las olas.
  Tus pestañas en la mano
  y el corazón en la boca.

-Pero ¿Qué corazón arrastro?
  ¿Que corazón y qué boca?
  mis rodillas destrozadas
  parece que se me borran.
  No quiero arrastrarme, humo
  me estoy quedando sin forma
  machacado en tu almirez
  con todas las nebulosas.
  Humo, tú deja que marche
  mi procesión de neuronas
  mi vals ridículo y torpe
  mi pasodoble sin ropa.
  Humo, déjame bailar
  un tango con las gaviotas.
  Solo como siempre, solo
  como nunca y ella sola.


sábado, noviembre 10, 2012

Redundancia.


Mi caballo de madera destrozado
por las brújulas
que huelen a pan y a esqueleto
que apuntan al mismo
Norte seco que las tuyas.
A la misma cocina 
desierta, a la misma goma
oscura, a la misma oficina,
y a la misma canción de muletas.

Aquí hay un silencio que no bebe lenguas
Ni más sal ni nescafé.
Ni los vientos por putas pequeñas.
Miras otra vez.
Y se me vuelven a saltar los plomos.

Vivo entre paréntesis
En una sucesión de sonidos de desastre
de unas lágrimas marrones (las mías)
que boquean por otras azules (las tuyas).
Que como nosotros, de tan ser diferentes,
ya casi son iguales.

Cantos a capas capeando temporales
que también nos capean a nosotros.
Pedruscos de pelo seco y pies encharcados,
cerebro empapelado y piel dura, dura y blanda.
Que sabemos vivir solos.
Valga la redundancia.




viernes, octubre 26, 2012

Las Olas.


Me han dicho que come personas.
Me han dicho que se unta de plástico
Para que le resbalen por los lados
Los gritos
Las cremalleras
Los portazos
Y las cámaras de gas.
Me han dicho que de blanda, es dura
Y así que no se despeina
al trotar.
Me han dicho
Que nunca se ha corrido
con el ruido del gentío
y su existir.
Me han dicho
Que por existir funde cadenas
y herraduras.
Que, tal que la de las olas,
La tuya
No está mojada
Ni lo va a estar nunca
Porque es ella la que moja. 



lunes, octubre 15, 2012

Mi lengua con marcas de dientes.


Por ti estoy roncando
Enfangado en tu barro que está
Relinchando por verme volar
Orinándome encima del hielo.

Tapando en silencio
Esta boca por no gotear
Queroseno de pena al tragar
Una lengua cosida a mordiscos.
Infecta de alambres de
Espino con cal y a seguir
Rebañando, y si empieza a morir,
Ordeñarle los grifos al tiempo.



domingo, octubre 07, 2012

Mi cráneo.


De vuestras canciones de mierda me río yo.
De vuestro amor de mierda y de vuestros polvos de mierda.
De vuestras dudas existenciales de domingo por la tarde,
y de vuestra puta de manía de reíros de todo.
De vuestras vidas, sociedad de mierda, me río yo.

Porque he visto a la razón llorando
pedirme piedad de rodillas.
Porque he visto como la poesía
que va forrando mi cenicero
se ha cansado del trapo pegado a la nariz.
Como se ha cansado de veros
masticar mis venas
purulentas que parecen tripas.
Llenas de carne podrida,
de frases podridas,
y de tampones podridos.
Ojalá que os revienten todos en la boca.
Corazones que descosen como descosen
los que saben que no saben descoser.

Me basto solo para apuntalar mi cráneo
Con las vigas de un portaminas
Con mis ganas infinitas de que llueva
hielo derretido en un pedazo de papel.
Que de tan mojado se hunda.
Que se ahogue jugando un "yo nunca"
con las tornas
                           de
                                   mi
                                          corazón.
     
 
   También podrido.
   Pero no muerto.





domingo, junio 10, 2012

Carátula de las cosas que tengo.



Tengo un pijama, un papel.
Tengo un poema, un prospecto
Un saco de ideas, un gueto.
Tengo un bloc del cabaret.

Tengo astillas en los pies.
Cerillas entre los huesos.
Azufre y un flato en los dedos
y un calambre en cada sien.

Tener…
¿Tú sabes qué tienes?

Yo tengo tendencia a caer
por espirales deformes
en parábolas miopes
al grito de “volveré”.

Tengo gomas, bolis Bic,
Folios, tijeras… babeos,
aguarrás y dos tinteros
que siempre preguntan por ti.

Tengo...
No sé para qué, pero tengo.

Tengo huecos, acidez,
Dedos, pajas y gemidos,
cabezazos y pestillos,
y pintura en la pared.

Tengo vértebras, hollín,
perfil de ratón perdido
trasnochado y escondido
detrás de mi cicatriz.

Tuve prisa por salir
De aquel duelo de plomo y ruido
porque a este soldadito
le han robado su fusil.

Enfin… ¿Yo qué tengo? Nada.
Sólo tengo que fingir.
Fingir que mañana, sin falta,
Empiezo a olvidarme de ti.




viernes, febrero 24, 2012

Esto es lo que pienso de tu principal





A Tuenti. 
(Aludidos: leer dos veces.)

Te avisó
Atornilla las bisagras
Y apuntálate las bragas
que llegó
mi poema (mi muleta)
como un tiro de escopeta
al corazón,
escondido en los latidos
de estas letras y crujidos,
coalición
  de talón y lapicero
  de insultos y pedimento
un complot
  de tu cabeza y las teclas,
  chat,  perfiles y cortezas
y un tablón.
Vaya guerra de cuchillas
¿a quién coño le dedicas
la canción?
no me digas que “¿yo? A nadie”
que las clavas como sables
sin condón.

Tuenti es un impresionismo:
Depresiones de domingo
Y de cartón.
Tuenti crece con la rabia
y comentarios con escuadra
y cartabón,
que hacen ángulos y esquinas
de esta jungla de pupilas
y carbón.
Yo nos lamo las heridas
de tus finas ironías
de león
para untarnos los cimientos
que andan faltos de cemento
y hormigón.


martes, febrero 21, 2012

Un cuento triste

En la hoja sólo estaba escrito eso:
"Un cuento triste"

Después de mirarlo unos segundos, dijo:
-Esto no es un cuento triste.... más bien es un cuento estúpido.
-Por eso es triste.-Respondió.







martes, enero 24, 2012

Payaso.


Sábado, 23:34, Madrid. Además de la lluvia, el frío de invierno se había instalado en la capital aquellos días. “El Circo de Viena”, uno de los muchos circos que visitan la periferia cada año, acababa de terminar cuando un hombre con zapatos de cuero italiano, sombrero calado y gabardina apareció caminando lentamente bajo la luz de las farolas. No llevaba ni un paraguas, y con la que estaba cayendo, las aceras encharcadas hicieron lo propio con los zapatos de cuero. Podía llegar a parecer que los fenómenos meteorológicos le eran algo ajeno. Su nombre era Antonio Durán.

Caminaba hacia las instalaciones del circo, y llegó cuando los chavales empezaban a recoger todas y cada una de las cosas. Las carpas ya no colgaban a quince metros, y os animales, acrobacias, las risas, gritos, caras sorprendidas y algún que otro beso parecían ya a meses de distancia. Antonio caminó entre carpas, cuerdas  y jaulas, hasta que al final encontró el camerino de los payasos.

Buscaba a “Rocambole”, uno de los 10 payasos que formaban parte del circo. Llamó sin prisa a la puerta, nadie por allí conocía su nombre. El payaso abrió la puerta, y con los ojos como platos y faltándole el aliento, se hizo a un lado de la puerta.
Durán entró en la habitación sin ventanas ni decoración, con el payaso mirándole igual que a un fantasma. Se quitó el sombrero empapado, y sacó con calma un pequeño revólver Colt 32 del bolsillo de la chaqueta. Rocambole ni siquiera se movió cuando vio el arma relucir bajo los focos de neón.

Los chavales que estaban recogiendo ignoraron la detonación apagada que llegó desde el cuarto de los payasos, “cosas de Rocambole”, debieron pensar.

 Todavía con los oídos pitando y el fogonazo en la retina, Durán cerró los ojos un momento, seguramente pensando en la que se le venía encima. Se oyó entonces el sonido ronco del motor de una vieja moto americana. En aquel momento supo que había cometido un error.

jueves, enero 12, 2012

Romance de la Guerra Civil


Cada charco y cementerio
multiplicaba sus puertas.
Hoy viejas fotos preguntan
el porqué de aquella guerra. 
Herida abierta en el suelo,
enterrando cuerpos  cuenta
cada vida que termina
al compás de sus trompetas. 
Los soldados desfilando
custodiaban a las presas.
Largo y quieto aquel silencio
en las tapias de Las Ventas. 
Dan la orden de detenerse
y de repente se dan cuenta
que aunque es injusto las matan, 
que en vez de un beso, unas rejas.
Pero el tiempo se detuvo
agachado en las cunetas.
Las miradas que asesinan
armas sordas, cruces negras. 
En sus casas, otro grito,
trece madres descompuestas
por un tiro escalofrío
que hace llorar de impotencia.

Tercos fusiles agudos
en la madrugada suenan
en un aire donde estallan
rosas de pólvora negra.
La triste y dura la descarga
para siempre las congela.
Dejó unas letras fugaces
y una lágrima en la arena.



Ahora ya nadie se acuerda
de esas balas y esa guerra.
Ni del eco de los gritos,
ni del ruido de escopetas.



A todos los que perdieron la guerra.
A cada una de las 13 Rosas.
Por vuestros muertos.

Por los nuestros.